La Adolescencia
Podemos decir que la adolescencia va desde los 12-14 años hasta los 18-21 años aproximadamente.
El / la adolescente sigue ampliando su círculo vital: los amigos y la vida social independiente de la familia. Sigue necesitando los padres, pero para poder seguir desarrollándose necesita ganar autonomía. A nivel de crecimiento físico es una etapa de poca estabilidad, los cambios son bruscos. A nivel emocional es característica la variabilidad y la inestabilidad.
Resulta tópico decir que un adolescente es imprevisible. Por la mañana puede estar insoportable, al mediodía encantador y por la noche ya lo veremos. A nivel de salud general tienen una gran resistencia, parece que lo aguanta todo.
Los motivos de consulta más frecuentes son: acné, apatía / cansancio, alergias, las chicas pueden con consultar en el mejor de los casos para el inicio de las relaciones sexuales.
En la relación con el adolescente hay dos ideas clave que suelen ser útiles, especialmente cuando hay situaciones difíciles: libertad con responsabilidad y confirmar el espacio para el diálogo y el afecto.
Cuando los hijos crecen, nos ofrecen una gran oportunidad para crecer también nosotros. El principio de «dejar espacio y saber establecer límites» es tanto o más importante que en la infancia; es bueno que el adolescente participe activamente en la toma de decisiones que le afectan más directamente, como por ejemplo actividades en el tiempo libre familiar y personal, participación en las tareas de la casa, etc.
Facilitar y potenciar lo positivo de la adolescencia: la ilusión, el idealismo, el descubrimiento autónomo de la vida, la espontaneidad, el deseo de un mundo mejor.
Una propuesta: pregunte a sus hijos adolescentes que piensan de todo esto, como ven la (su) adolescencia
HIGIENE Y ALIMENTACIÓN
Sobre la higiene personal, al principio de la adolescencia a menudo se les debe pedir, insistir ya veces obligar a ducharse, como si el cuarto de baño fuera una sala de tortura.
Lo mejor es establecer unos mínimos y no preocuparse, en pocos años esto cambiará y se les deberá pedir, etc., Que salgan del cuarto de baño. Educar sobre la importancia de que la habitación esté bien ventilada y bastante limpia (aunque seguro que no coincidan con los criterios). Respetar su intimidad.
En cuanto a la alimentación, a la adolescencia la necesidad de nutrientes es mayor por el rápido desarrollo físico. Aumentar las cantidades de cereales integrales, frutos secos, lácteos, (carne y pescado aumentarla con moderación), manteniendo el equilibrio y sin olvidar las verduras, ensaladas, frutas y legumbres. Invitar a que participen en la cocina y recompensar y agradecer sus esfuerzos. Sobre la «comida basura». Sol preocupar a los padres más conscientes de la importancia de una alimentación sana. El problema del llamado «comida basura» es que suelen ser productos muy refinados, ricos en grasas y azúcares, llenos de aditivos y de baja calidad nutricional. Si la base de su alimentación es correcta, aunque es mucho mejor evitarlos ellos difícilmente pasarán si van con los amigos a un lugar de comida-rápida, si es máximo una vez por semana y casa comen bien tampoco pasa nada. Un punto aparte son los adolescentes con dificultades de concentración, agresividad, problemas de peso o de salud: deben evitar especialmente las bebidas carbónicas dulces y los productos con azúcares en general. El alcohol, el tabaco, el consumo de drogas. Hablar con los hijos, preguntarles a ellos qué piensan ya desde ANTES de la adolescencia, informarles e informarse. Pedir charlas para padres en el AMPA de la escuela.
Es él / ella quien debe tenerlo claro. Siempre hay un «porqué». La mejor prevención es la información y fomentar su
AUTOESTIMA. SITUACIONES ESPECÍFICAS
-La relación con la familia. Pasa por altibajos tanto a nivel de comunicación, como de convivencia, actividades, etc., O de manifestaciones de afecto. Depende de muchos factores: la personalidad del adolescente, el tipo de vida familiar, la relación con la familia más amplia, la edad. Sobre todo en la primera etapa de la adolescencia nos encontramos con los enfrentamientos y discusiones. Buscar el momento oportuno para hablar, para abrazar, para discutir, para llegar a acuerdos.
No «engancharse» ni discutir cuando el adolescente provoca o está o estamos enfadados, después, más tarde, con los ánimos más calmados, será el momento de hablar y dejar las cosas claras. Cuidado!, Luego quiere decir después, no dejarlo estar. -Los amigos y el grupo. Es común la preocupación de los padres por los amigos / amigas del hijo / hija adolescente. La gran mayoría de hombres y mujeres saben elegir, no son seres indefensos. Otra preocupación de los padres es el adolescente solitario. Diferenciar si es una etapa concreta o no, hablar con el tutor para saber si está integrado al grupo, comunicarse con el adolescente. Hay adolescentes que necesitan tiempo para ellos mismos, otros por el contrario necesitan comunicarse constantemente con los amigos: personalidades que se van manifestando y definiendo. -La sexualidad. Las estadísticas varían mucho, pero parece ser que en nuestra sociedad la mitad de los chicos y chicas de 16 años han tenido relaciones sexuales y la gran mayoría a los 18 años.
En las escuelas se da una información necesaria pero insuficiente y los padres tenemos que ir hablando los temas de la sexualidad con nuestros hijos desde niños, a un nivel adaptado a su. Puntos a tratar con ellos (no los profundizaremos aquí dada su amplitud, al final hay una bibliografía general): Relacionar sexualidad y amor. Hablar de las relaciones sexuales como vínculo. Los diferentes aspectos del lenguaje sexual: los besos, las caricias, la masturbación, el coito. Los anticonceptivos: el preservativo, los anticonceptivos orales, otros. Las enfermedades de transmisión sexual, el SIDA.
PROBLEMAS DE SALUD
El acné. Hay un factor hormonal y emocional. La alimentación inadecuada, que carga los órganos de eliminación (riñones, hígado) favorece y agrava el acné. También la inseguridad en la auto-imagen favorece la acné, es como esconderse detrás la erupción, lo que empeora la auto-imagen y se cierra el círculo.
Alimentación: observar qué alimentos concretos lo empeoran: sobre todo leche / lácteos y cereales con gluten, grasas, chocolate, azúcar, embutidos, leche y limitarlos o evitarlos. Aumentar el consumo de ensaladas y las fuentes de vitaminas del grupo B: germen de trigo, levadura de cerveza, frutos secos. Beber mucha agua. Limpiar bien la cara con jabón vegetal. También son útiles las mascarillas a base de yogur, arcilla blanca (caolín), levadura de cerveza. La astenia / apatía. En general no es grave. Suele ir ligada a los cambios hormonales, aburrimiento, falta de ejercicio, o por el contrario descanso insuficiente, anemia, tensión arterial baja. Si no se encuentra la causa o es persistente, es el momento de consultar al profesional. La anorexia. Es un trastorno grave de la alimentación, crónico, lo que hay que pedir ayuda profesional en cuanto se sospeche. Es una enfermedad en aumento, tanto en chicas como en chicos, incluso niños. Se puede tratar con homeopatía pero al mismo tiempo necesita ayuda psicológica especializada, en un abordaje multidisciplinar. Puede ser difícil de diagnosticar en fases iniciales, pues la chica o chico lo niega y oculta. Signos de alerta: habla en exceso de la comida y después come poco, se preocupa por las calorías, se vuelve muy selectivo, hace ver que come pero come poco, después de comer va al cuarto de baño a provocarse el vómito (buscar restos en la taza del váter), uñas y dientes pueden estar atacados por la acidez del vómito, se ve gordo aunque no estarlo, quiere hacer dieta sin motivo, toma laxantes…
Bibliografía.
– ¡Socorro! Tengo un hijo adolescente. RTBayard, J.Bayard, Ediciones Temas de Hoy, Madrid 1,998
– La edad del pavo. Alejandra Vallejo-Nágera. Ediciones Temas de Hoy, Madrid 1997.
– Cómo Ayudar a súper hija adolescente. Mary Pipher, Amat Editorial, Barcelona 1999.
– Una relación: padres e hijos. Dr. Joan Corbella, Columna, Barcelona 1993.
– Tu sexo se tuyo. Sylvia de Béjar. Plaza Janés, Barcelona 2001
– La sexualidad integral de la pareja. Aprender a vivir juntos. Tomás Priego, Cosme Puerto. Ed. San Pablo, 2001.